La resurrección de Jesús
es un evento extraordinario, único en la historia humana. Sin lugar a dudas,
este acontecimiento es lo que hoy en día ha permitido que la figura de Jesús
siga viva entre nosotros. Si Jesús no hubiera resucitado, la iglesia no podría anunciar
ninguna Buena Noticia de salvación para nadie. Sin embargo, en el caso de Jesús
no fue así, el resucitó realmente y este hecho trajo el interés y poder en la predicación
del evangelio.
En el texto de Pagola la
huida de los discípulos es aceptada como un hecho histórico para la gran mayoría
de los investigadores. Se cuenta que cuando Jesús fue capturado y crucificado,
los discípulos huyeron y pensaron que ahí había terminado el caso de Jesús. Pues
después de su muerte, en los discípulos solo había desaliento y desilusión. Por
tanto, la resurrección estaba más allá de sus pensamientos y de sus esperanzas.
Por ello, con la resurrección
de Jesús según Pagola los discípulos de Jesús vivieron un proceso que no solo revivió la fe que tenían en Jesús,
sino que esta resurrección les abrió una experiencia nueva e inesperada. Por esta razón, ellos predicaron que Jesús
estaba vivo y que Dios lo había resucitado. Para ellos, Jesús realmente había
sido liberado de la muerte y alcanzado la vida definitiva de Dios. Por ende,
dieron a conocer el mensaje de Jesús resucitado con una seguridad firme e
indestructible. De allí que, los dirigentes religiosos de aquel entonces no entendían
porque estos seguidores hablaban con tanta convicción y audacia.
Con esta resurrección la
muerte ya no tiene ningún poder sobre Jesús. Por ello, como afirma Pagola
(2007) “cuando Dios resucita a Jesús, resucita su vida terrena marcada por su
entrega al reino de Dios, sus gestos de bondad hacia los pequeños, su juventud
truncada de manera tan violenta, sus luchas y conflictos, su obediencia hasta a
muerte”, (p.377). Jesús murió por vivir como había vivido y resucito precisamente
porque había vivido y había muerto de aquella manera, es decir, entregado por
completo en el servicio al Reino de Dios.
La muerte de Jesús no
provocó el término de la predicación sobre el Reino de Dios, pues los apóstoles,
se encargaron de difundir la palabra de Dios y cumplir con lo que su maestro
les había pedido. Por lo tanto, los seguidores de Jesús hablan de la resurrección
como fuente de salvación universal, es decir, para todos. Pues este hecho, es para ellos una nueva forma
de como Dios va irrumpiendo en el mundo, pues solo en Jesús habían visto esa
fuerza y amor salvador de Dios y ahora ellos lo sentían en sus corazones. Por ello,
la importancia de palabra salvadora de Jesús no solo quedo vigente durante su existencia
sino que permanece hasta la actualidad.
Por ello, yo me pregunto
y tal vez ustedes también ¿Qué habría pasado si Cristo no hubiese resucitado? ¿Existiría
el cristianismo? ¿Nuestra fe estaría bien fundamenta? En 1 de Corintios
15:13-14 se menciona lo siguiente “porque si no hay resurrección de muertos, tampoco
Cristo Resucito. Y si Cristo no resucito, vana es entonces nuestra predicación,
vana es también vuestra fe”.
BIBLIOGRAFIA
Pagola, J. (2007). Jesús.
Aproximación histórica. Madrid: PPC.